Cuando terminaban de contarme un cuento, siempre me decían que mi
vida podía ser el cuento más bonito de todos. Solo hay que ser valiente, creer
en la magia y estar segura de que el final será feliz.
No se equivocaban ahora tengo un príncipe, que no
es azul, porque el mio es diferente, es único, es mi príncipe; tengo un
castillo, que no tiene las torres más altas, porque es pequeño y acogedor, con
toda mi familia alrededor, es mi castillo; tengo un hada que me concede deseos,
no vuela, no brilla, no tiene una varita, porque es mi madre, la que todo lo
sabe y la persona que más magia tiene, pues sus hechizos perduran para siempre.
Este es mi cuento, el cuento más bonito de todos.
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