14 de junio de 2013

No es mudo todo el que no habla

Camino por calles desiertas, horas en las que ni las farolas se hayan despiertas. Las calles están mojadas, quizás haya manera de hacer pensar que solo fue culpable la falta de equilibrio y mi vida cedió. Dudo que tal farsa de resultado. Sigo las baldosas con botellas partidas, quizás haya manera de hacer pensar que solo fue una pelea mal mediada y mi vida cedió. Sigue la duda presa en mi interior.
Batalla que gana mi boca es la que pierde mi cabeza. Siempre pensé que serían las palabras quienes me condenarían, mas fueron mis silencios quienes jugaron sin las reglas de este juego y al final perdieron. Extraño juego de azar es la vida, repartiendo cartas y que sin más remedio que jugarlas apartas la mirada y después miras.
Dejé de doblar esquinas por miedo a toparme de frente con la realidad y obligarme a mi misma a dejar el silencio y así empezar a hablar, de lo que siento, de todas esas veces en las que me secuestró el viento.
Y esa es la historia de mi vida, de como desde el vientre de un recuerdo pasé a terminar andando entre calles que elegía con detenimiento para encontrar allí un lugar donde ya no me hallase mi secuestrador, allí donde no corriese el viento.


2 de junio de 2013

Soneto a la represión interior

Y sin darnos cuenta olvidamos
esas miradas que en verdad mataban,
que sin ningún disimulo acechaban
todo lo que un día odiamos.

No eramos libres ni eramos los amos,
solo piezas con las que jugaban
y a menudo también apostaban.
Esclavos somos de lo que hagamos.

Súbditos somos de nosotros mismos.
Quien sino ataba las cadenas
de esta nuestra cárcel, es la vida.

Y sin ningún pecado no dormimos,
que nos encierran entre condenas,
condenas que nos guían sin salida.


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