Sonríe, sonríe siempre;
cuando no tengas ganas, cuando menos te apetezca, cuando todo vaya mal, cuando
no tengas motivo. Sonríe sin parar, sonríe a las
dificultades, cuando te equivoques y quieres rectificar. Sonríe a los
recuerdos felices, también a los que te hacen daño. Y sobre todo sonríele a la
vida ya que nadie lo hará por ti.
Es difícil sonreír siempre, igual no tengas ganas,
igual no te parezca lo apropiado; pero tu sonrisa puede alegrar el día de otra
persona y así contagiarla a otra y a otra persona, hasta alegrar la vida de
aquellos que no tenían esperanza en el mañana.
Sonríe cuando
te quieran hacer daño, pues es lo que más jode; quizás quieran
estropearte el día, pero que vas a hacer, darles la satisfacción de que pueden
alterar el ánimo de los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario