24 de julio de 2013

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Perdamos la cabeza en compañía, hagamos que nos miren extrañados, que envidien esa felicidad inexplicable que hay en la vida de toda persona demente. No importa lo que digan siempre seremos unos locos sin miedo en este mundo de complejos. Almas libres que se expresan, que asustan a los más cuerdos. Volvamos allí donde ellos lo hacen llamar manicomio, con una sonrisa en la cara. Decoremos las paredes acolchadas y mostremos nuestro nuevo traje de gala, una manga a la otra atada. En este mundo donde la feliz locura no es apreciada, no importa lo que digan y cuando no sepas que hacer recuerda...
Se tu mismo, se quien eres, se aquel que me hizo reír una y tantas veces.


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