13 de octubre de 2014

Sin rumbo

Perdió el control, los mandos ya no respondían mientras su vida sobrevolaba alguna parte del mar. Sin brújula, habría perdido el norte pero también había perdido el sur; sin mapa, no sabía si podría chocar contra otros también perdidos o quizás algunos que buscaban encontrarse. Sus hélices tomaron aire profundamente y lo expulsaron con suavidad, sin prisa. Ya no quedaba nada que lo sujetase y la gravedad tomó partido. El avión se precipitaba en picado a gran velocidad. Decidió aterrizar en las nubes.


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