Eres tú el que no para de mirarme.
Eres tú el que cambia cada minuto.
Odio cuando hablas y por ello te callo.
Odio cuando te acercas sigiloso y después me espantas.
Es tarde y me miras con deleite.
Es pronto y esperas a que despierte.
Le pido al cielo fin de semana.
Le pido a la luna que no llegue mañana.
Pero como cada día, hoy te oigo
y sin más remedio, me levanto de la cama.
Eres tú el que cambia cada minuto.
Odio cuando hablas y por ello te callo.
Odio cuando te acercas sigiloso y después me espantas.
Es tarde y me miras con deleite.
Es pronto y esperas a que despierte.
Le pido al cielo fin de semana.
Le pido a la luna que no llegue mañana.
Pero como cada día, hoy te oigo
y sin más remedio, me levanto de la cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario